Coyhaique Faunástico
El Canquén: mucho más que solo un ganso
En el corazón de la Patagonia chilena, en sus vastos paisajes de lagos, bosques de Nothofagus y estepas, habita una especie de ganso que ha logrado adaptarse a este duro entorno: el Canquén (Chloephaga poliocephala). Muy parecido al Caiquen (Chloephaga picta) Es un símbolo de la vida silvestre del sur de Chile, y su historia es un fascinante reflejo de la resiliencia de la naturaleza en una de las regiones más remotas del planeta.
Sus nidos:
El Canquén es un ganso de cuerpo robusto y unas alas anchas que le permiten migrar largas distancias, aunque su vuelo es relativamente corto comparado con otras especies migratorias.
Habita principalmente en las zonas de estepa y humedales de la Patagonia Chilena y Argentina. En Chile, su presencia es más notable en regiones de la zona sur como Chiloé, Aysén y Magallanes, aunque también se pueden encontrar en las islas subantárticas y en algunas zonas de Tierra del Fuego. Su hábitat ideal son los prados abiertos cercanos a cuerpos de agua, como lagunas y ríos, donde puede alimentarse y criar a sus polluelos.
El Canquén es una especie que no migra en su mayoría, lo que significa que tiende a permanecer en las mismas áreas durante todo el año. Sin embargo, las bajas temperaturas de la Patagonia durante el invierno pueden hacer que algunos ejemplares se desplacen hacia el norte, buscando climas más benignos.
Siempre me ha llamado la atención el comportamiento de estas aves, que al ser gregarias se pueden encontrar en grupos grandes incluso compartiendo con sus primos los Caiquenes. Sin embargo, tienden a presentar un comportamiento más tranquilo en la presencia del ser humano (a diferencia del Caiquen).
El Canquén no está considerado una especie en peligro de extinción, pero evidentemente la destrucción de su hábitat por el desarrollo de asentamientos humanos ha llevado a la contaminación del agua y la introducción de especies invasoras como y perros y gatos, que depredan sus nidos, siendo estas algunas de las amenazas que enfrentan.
Afortunadamente, en las últimas décadas, la conservación de la fauna patagónica ha cobrado mayor importancia. Diversos programas de monitoreo y conservación en la región han ayudado a proteger tanto al Canquén como a otras especies autóctonas. Por ejemplo, la creación de áreas protegidas y la restauración de hábitats clave han sido fundamentales para frenar el retroceso de algunas especies locales.
El Canquén es mucho más que un ganso patagónico: es un testimonio de la fortaleza de la fauna de una de las regiones más salvajes del mundo. A través de su historia de adaptación y resistencia, el Canquén nos recuerda la importancia de preservar estos ecosistemas únicos para las generaciones futuras. Sin duda, su presencia en la Patagonia chilena es un tesoro que debemos proteger.