Gabriela Espejo
El Colegial común y Colegial del norte, pequeños hábiles acróbatas.
En Chile habitan dos especies de colegiales: el colegial común (Lessonia rufa) y el colegial del norte (Lessonia oreas), fácilmente reconocibles por su característica “mochila” rojiza en el lomo.
Ambos son aves pequeñas y ágiles, que se mueven con saltos y vuelos rasantes en zonas húmedas, siendo comunes en costas, ríos y lagunas.
Presentan dimorfismo sexual: el macho es negro con la mancha roja y la hembra de tonos cafés más discretos.
Se alimentan de insectos y construyen sus nidos en el suelo, forrados con plumas para proteger los huevos moteados.
Aunque hoy están catalogados como de “Preocupación Menor”, la pérdida de hábitat y la presencia de animales domésticos podrían amenazar su supervivencia futura.
Su nombre común “colegial”, deriva de su característica mancha roja acanelada en el dorso, que pareciera ser una mochila colgada a su espalda. En Chile existen dos especies de colegial; el común también llamado “austral negrito” (Lessonia rufa) y el colegial del norte “andean negrito” (Lessonia oreas). El primero (colegial común) habita principalmente en la costa desde la región de Atacama hasta la región metropolitana donde también puede encontrarse en la cordillera, y el colegial del norte, que habita desde Arica y Parinacota hasta la región metropolitana, pero siempre sobre los 2.500 metros sobre el nivel del mar (msnm).
Ambas especies son muy similares, y aunque pueden diferenciarse por la zona en la cual se observan, existe una diferencia en su plumaje que ayudará a identificarlos. El colegial del norte (macho) presenta un borde interno blanco en las primarias y secundarias externas y la hembra es de color café bastante más oscura que la hembra del colegial común.
Ambas especies son aves paseriformes (aves que cantan) pertenecientes a la familia Tyrannidae. Miden de la cola a la cabeza entre 12 a 13 centímetros aproximadamente y presentan un marcado dimorfismo sexual, y aunque ambos llevan la “mochila” a cuestas, el macho se distingue por ser de color negro y la hembra de color pardo café con el vientre del mismo tono, pero más claro y la cola más oscura.
Propio de América del Sur, el colegial común se distribuye geográficamente en Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, mientras que el colegial del norte sólo lo encontramos en el altiplano de Perú, Bolivia y Chile, a excepción de algunos registros bajo los 2.500 msnm.
A estos silenciosos cazamoscas, como también se les llama, los podemos encontrar en zonas cercanas al agua como lagunas y ríos y, para el caso de Lessonia rufa, es muy común observarlos en la costa marina. Independiente de la especie que observemos, si ponemos atención, los veremos solitarios o en parejas y siempre corriendo cerca de un curso de agua, dando saltos pequeños y acrobáticos en búsqueda de su alimento o incluso sobre la vegetación flotante. Son muy movedizos con sus características carreras cortas sobre la superficie y su vuelo casi a ras de suelo, dando rápidos giros con movimientos nerviosos de su cola. A pesar de ser muy activos, pueden pasar desapercibidos si no observamos con detención, sobre todo la hembra que tiene un colorido cafesoso menos llamativo que el macho.
Estas especies se alimentan principalmente de invertebrados como insectos y sus larvas, arácnidos y, con menor prioridad, también puede alimentarse de semillas.
El nido lo sitúan en el suelo y lo construye con fibras, raíces y pastos y siempre tiene el cuidado de forrarlo con plumas. Sus huevos son similares en ambas especies, de color crema con pintas rojas y grises.
Según la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) ambos colegiales están catalogados como especies de Preocupación Menor (LC), es decir no se cumple ninguno de los criterios que definen a la especie dentro de las categorías de En Peligro Crítico, En Peligro, Vulnerable o Casi Amenazado. Sin embargo, las poblaciones de ambas especies podría verse afectada en el futuro por la contaminación o la pérdida de hábitat y por supuesto por el ataque de animales domésticos que entran sin control en las zonas de nidificación, principalmente en el caso del colegial común que comparte, en una forma más cercana, el mismo hábitat que el ser humano.
Te invitamos a quedarte quieto y en silencio por unos minutos, ya sea en la costa o en el altiplano de nuestro país, y te asombrarás de poder identificar un rápido movimiento de un ave negra o café “con mochila en la espalda”, entonces ya sabrás que estás frente a un colegial!