Gabriela Espejo - Periodista Fotógrafa

Lagartija Esbelta: la verde y amarilla guardiana de nuestros jardines

Liolaemus tenuis o comúnmente llamada lagartija esbelta es un residente habitual en nuestro entorno y, aunque pocas veces nos demos cuenta de ello, el rol que desarrollan en el ecosistema urbano es fundamental ya que evitan la proliferación de insectos como mosquitos y arácnidos.

La podemos reconocer fácilmente por sus colores, el macho es mucho mas llamativo que la hembra (marcado dicromatismo sexual) y se destaca por sus amarillos, verdes y azules, mientras que la hembra muchas veces pasa desapercibida debido a sus tonos cafés y amarillos.

 

Miden entre 10 a 15 centímetros de longitud sin contar la cola. Su piel, que se caracteriza por ser gruesa e impermeable, está totalmente cubierta de escamas que tienen diferentes colores y tonalidades incluso en la misma especie, dependiendo entre otros, de la zona geográfica en la cual habitan.

Esta especie perteneciente al orden Squamata, que tiene un fascinante aspecto prehistórico, tiene párpados que protegen sus ojos, tiene orificios o meatos auditivos bajo la piel que le permite contar con el sentido de la audición y poseen una lengua con cualidades sensoriales que, unidas a la agudeza visual y auditiva y a su gran velocidad y agilidad, les permiten detectar a sus presas siendo consideradas grandes cazadoras

En Chile, esta especie se distribuye desde la región de Coquimbo hasta la región de Los Lagos y se encuentra desde la costa hasta aproximadamente los 1.800 metros sobre el nivel del mar. 

En nuestros jardines la podemos encontrar arriba de un muro, en troncos de árboles o sobre una piedra pero siempre al sol, lo cual se debe a que son ectotermos, es decir necesitan una fuente térmica externa para mantener una temperatura corporal adecuada. Es por esta termorregulación conductual que es más común verlas durante los días soleados y aunque vivan en nuestros jardines todo el año, es más común observarla en época de calor ya que en épocas más frías, tienen períodos de inactividad. En otras palabras, en el invierno se produce un estado de letargo o brumación, en el cual su metabolismo baja considerablemente cesando algunas actividades primordiales como la alimentación, defensa y reproducción.

Si te gusta mirar las lagartijas en tu jardín, te podrás dar cuenta de un típico comportamiento de “cabeceo” que son movimientos verticales de la cabeza y que les proporcionan información sobre la edad, el sexo y el contexto social de los individuos que se comunican. En época de apareamiento, cuando se reconocen dos machos, se pueden formar peleas de grandes proporciones y que tienen el objetivo de alejar al contrincante de las hembras que hay en ese sector para aparearse.

La principal reacción de las lagartijas ante nuestra presencia es escapar, muchas veces antes de que nosotros nos demos cuantes de que están ahí, sólo alcanzamos a sentir un ruido de hojas que las delatan en su escape. Pero existe en estas especies, otro mecanismo muy particular donde tienen la capacidad de desprenderse de su cola si se sienten amenazadas (autonomía caudal), lo cual es un acto reflejo en el cual la cola queda moviéndose por sí sola, y así el depredador es engañado poniendo su atención en ésta mientras la lagartija se escapa. La cola les vuelve a crecer rápidamente y, como es una cola regenerada, se caracteriza por ser más corta.

Liolaemus tenuis es principalmente carnívora (insectívora) ya que se alimenta de hormigas, caracoles, escarabajos, arañas y grillos entre otros, y es por esa razón que se les considera una pieza clave dentro del ecosistema de nuestros jardines. La mayoría de esta especie están al acecho hasta que una presa, sin darse cuenta de su presencia, se acerca lo suficiente para que sea alcanzada por la lagartija.

La época reproductiva de esta especie es en primavera y verano, siendo la lagartija esbelta ovípara, es decir pone huevos dentro de los cuales existe un embrión que eclosiona cuando está maduro. Las crías, al nacer, tienen un tamaño corporal de 2,5 cm sin contar la cola, y su peso es de cerca de 0,35 gramos. 

Finalmente, en caso de encontrar una lagartija en tu patio o en la naturaleza ¡no hay que molestarla! Ya sabemos que, si está quieta no significa que esté “haciendo nada”; puede estar aumentando su metabolismo mediante baños de sol o estar acechando a una presa. Sólo déjela tranquila y maravíllate con su belleza.

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