Eduardo Retamales - Fotógrafo y Montañista

Santuario El Cañi

El Santuario El Cañi, en Pucón, nació en los 90 como un acto de conservación ciudadana para proteger el bosque nativo de la amenaza forestal.
Hoy, es un refugio de biodiversidad y ecoturismo, con lagunas, araucarias milenarias y paisajes de otoño que deslumbran.
Recorrerlo es adentrarse en un valle suspendido lleno de historia natural y belleza escénica.
Un tesoro de la Araucanía que invita a explorar con respeto y planificación.

Breve reseña histórica

La historia del Santuario el Cañi, como lo señalan sus fundadores, se remonta a comienzos de los años 90, en donde se rumoreaba que el terreno donde hoy esta el parque se veía en amenaza por la venta de los terrenos y una eventual llegada de una forestal en el sector.

Como forma de reacción ante tal amenaza es que Martín Quartermaine junto a Katherine Brag iniciaron la campaña de recolección de fondos para comprar el predio y convertirlo en una zona de protección (algo muy parecido está ocurriendo hoy en el valle de Cochamó con el crowdfunding del fundo Puecheguin).

Gracias a diversas donaciones de ONG´s internacionales y otros fondos privados es que se logró reunir los recursos suficientes y generar la figura jurídica que hoy es propietaria de los terrenos y administra el parque: Fundación Lahuén.

Bajo el amparo de la fundación, es que hoy por mas de 30 años es que podemos disfrutar de conocer y aprender de unos de los tesoros naturales de la araucanía lacustre, cuyo foco se mantiene bajo los pilares de ser un foco educativo y de conservación.

Relato sobre un recorrido otoñal en el Santuario el Cañi.

El Santuario El Cañi, ubicado en la comuna de Pucón, en la Región de la Araucanía, es un lugar de extraordinaria belleza natural que se ha convertido en un destino de los destinos claves tanto para los amantes de la naturaleza como para los entusiastas del ecoturismo. Este santuario, que se extiende por más de 1.000 hectáreas de bosques nativos, es un verdadero refugio de biodiversidad, siendo hogar de diversas especies de flora y fauna, además de paisajes  espectaculares que atraen a cientos de visitantes cada año.

Tuve la suerte de realizar un guiado a Antonio, que venía de España a recorrer Chile por algunas semanas. Afortunadamente, nos tocó recorrer el santuario en una de las épocas más bonitas que tiene. El otoño comenzó a pasos acelerados en la araucanía, y nos encontramos con que el proceso de “senescencia” o transformación del color de las hojas, ya había avanzado bastante. 

Accedimos al parque después de una lluvia, así que ya no era solo una belleza escénica por el colorido de los árboles si no también por encontrarnos con muchos ejemplares del reino Fungi, los cuales se revelaban causando más de un tropiezo desprevenido por ir mirando el suelo y el cielo al mismo tiempo.

El recorrido del parque comienza con una aproximación por un camino maderero antiguo, el cual toma aproximadamente 1,5 hr subiendo un desnivel de 700m aproximadamente.

Accediendo al antiguo aserradero ya damos como iniciado el sendero al bosque que veníamos a visitar.

El día estaba increíble, ni mucho calor ni frío, lo cual congregaba todas las condiciones para desplazarnos cómodamente por el “valle suspendido” que se encuentra luego de atravesar el primer bosque nativo.
En el valle la presencia de araucarias milenarias en mixtura del bosque Nothofagus hacen de este escenario un ambiente prácticamente prehistórico, rodeado de lagunas y de avifauna exuberante.

El santuario tiene alrededor de 12 lagunas en el total de su recorrido, las cuales pueden ser visitadas. Hay algunas más escondidas que otras debido a que no siempre son transitados estos senderos, pero por lo general no es complicado encontrar la huella. Para algunas de ellas (Vaca hundida, Bella, Gemelas y Carpinteros) es recomendable utilizar algún sistema de navegación, como por ejemplo la app Gaia GPS.

Ahora, la pregunta es…¿Comenzar visitando las lagunas o voy directo al mirador? La recomendación es ir directo al mirador el cual es la cumbre del parque. No solamente por que es un lugar increíble con una vista única de la Araucanía, sino también porque el desnivel que tiene puede generar cierta dificultad para algunas personas, por lo que partir por ahí es una estrategia más conservadora para poder apreciar el parque desde todas sus aristas.

Para acceder al mirador desde la Laguna Negra hay que remontar un sendero bien marcado de casi 300 m de desnivel. No suena tanto, pero después de las casi 9 kilómetros recorridos hasta este punto, con prácticamente 800 m de desnivel ganados, puede llegar a generar algún grado de dificultad.

Más allá de su belleza escénica, el Santuario El Cañi también tiene un valor histórico y cultural. En definitiva, el Santuario El Cañi es un lugar que fascina por su diversidad, belleza y significado. Es un espacio donde la naturaleza se encuentra en su estado más puro, y donde los visitantes pueden encontrar un paisaje único, el cual hasta el día de hoy es posible apreciar que convive en paz y armonía con el mundo contemporáneo que lo rodea. 

Como siempre recomendamos, es muy importante planificar bien sus visitas, revisando las condiciones meteorológicas, la ruta que van a realizar, el equipo que deben llevar y no olvidar registrar su visita en https://www.santuariocani.cl/ donde podrán generar su reserva online.l

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